viernes, 2 de mayo de 2014

La luminosa oscuridad de Fran Castell


Poema del libro Salmos oscuros de Frank Castell González

La luminosa oscuridad de Fran Castell 


Por María García Esperón

Frank Castell, poeta cubano, tiene circunstancia, azul y hondura para padecer el mundo en la palabra.
Siente como pocos la patria y su tristeza, el mar inexorable y el dolor de saberse tan humano como breve. Profeta, Frank es la voz que clama en el desierto azul del fantasma que envuelve a Puerto Padre. Por su boca hablan los poetas grandes, quizá sea su boca la boca de la sombra, quizá por ella hable también su padre y el padre de su padre y los ojos y los rizos de Tartessos, extrañada en La Habana, la capital más triste...

Salmos oscuros pero luminosos. Luz a doler. Poeta Frank de la noche a la sur, de la mañana al norte. Voz crucificada en medio de la nada. Voz enzarzada en la recurrente disputa con el ángel. Y la escala ahí tendida, recortada oscuramente en el luminoso azul de Puerto Padre.

Parece desesperanza, pero no lo es. La belleza que mira Frank Castell con sus ojos hechizados es la de un mundo recién creado. Ese mundo le ha explotado a él, al poeta, ante la mirada en la primera hora de la creación. El poeta de esta palabra dolorosa ha proferido a Dios. El poeta lo profetiza. Y a ese dios o a Dios, oscura, luminosamente, le dice:


Déjame el horizonte,
la música del éxodo,
las mañanas y el juicio
para escribir mi vida.

Salmos oscuros es un libro inquietante, un libro que nos impone la lentitud de un tempo de calvario. Se juega la vida por el verso y en él. Sacraliza, oficia y derrama sus libaciones de palabra. Clama. Perdona. La arena infinita de la playa nombrada por este Adán es nuestro reloj cósmico. El poeta nos ha entregado su palabra. Sobre ella sopla el viento de la creación. Y en ella, salmo oscuro, el profeta nos deletrea el Nombre impronunciable.

Frank Castell, que anda por las calles de la vida en Cuba, es un poeta de los grandes. De esos que nosotros conocimos en los libros: los fusilados, los desterrados, los martirizados. Esos que caminan letra a letra al sacrificio. Esos, que tienen sangre de palabra. Los que llevan asombrados las raíces en las manos. Los que nos bautizan implacables de luz y nos lavan la cara. Los que nos ungen con el sagrado aceite de su verso. Los que nos convierten a su fe de paria y nazareno. Los que nos inician en el misterio de ser un brote humano en una isla, siempre ante el mar y con la historia a cuestas.

María García Esperón
México

martes, 31 de mayo de 2011

Alicia en el país de las aguas

Alicia en el país de las aguas
Por: Jorge Luís Peña Reyes.

Para ser una isla, pocas veces el mar es referente en la literatura cubana. No obstante, existen piezas en la que el contexto marino se convierte en principal escenario de creación.

Puerto Padre no escapa del fenómeno, aunque en años recientes la literatura infantil se ha encargado de recrear ambientes salobres en los que peces, pulpos, caballos de mar dialogan con los más pequeños de la casa.

Cosicosas de mar, de Pablo del Río; Barca de luces, de Margarita Padrón; Juegos de tierra y mar, de Reina Esperanza Cruz; Los sueños entre las olas, de Miguel Navarro; y Vuelo Crecido, de Jorge Luis Peña, excepto el último, todos publicados por la editorial Sanlope, tienen el mar como principal contexto creativo.

Un libro que hoy se inscribe en la nómina es Tin Marín Cascabelero, la segunda entrega de la autora villazulina Alicia Batista Piñón, maestra de oficio y con el don de fusionar lirismo y humor proveniente de las mejores tradiciones literarias del género: /En el tejar de la noche/ la luna es inmenso gato/Por eso es que el sol se esconde/ como un ratón asustado.

Más que divertimento, los animales del fondo son pretextos para encarnar preocupaciones de la Cuba de hoy. Se registra Alicia de ese modo en lo que llamó el crítico Omar Felipe Mauri la etapa de universalización, en la que los autores recontextualizan clásicos personajes de la literatura infantil.

/A un camarón colorado/ la barracuda imprudente/ mordió y !crack!, lo inesperado:/se le rompieron los dientes./Por atrevida, por brava,/por morder con tanto apuro/no advirtió que se trataba/del Camaroncito duro/.

El octosílabo es el más recurrido en cuanto a los metros empleados. La décima, el romance son, básicamente, las formas estróficas más utilizadas. Es interesante que en el intento de una liberación estética se asuma la décima como una opción a pesar de su compleja estructura.

La fórmula más utilizada no es el paisajismo contemplativo ni el minimalismo a ultranza. Los animales son un pretexto para encarar preocupaciones éticas y sociales.

Conocedora del arte de la rima, ingrediente de quien quiera acercarse mediante la poesía a los niños, Batista Pinón muestra un abanico de posibilidades en el artificio que supone la construcción del verso. La décima es aliada, sin embargo, se hace acompañar del romancillo, la cuarteta, la octavilla, y otras estructuras poéticas, a fin de brindarle al volumen ritmo y amenidad.

El trabajo con el humor es el principal vehículo de Alicia a lo largo del libro, además del lazo comunicativo autor- lector, la autora aprovecha el matrimonio indisoluble entre gracejo popular y octosílabo: Qué tamaña pataleta/hubo entre rollos y lazos/cuando el pulpo se enredó sin querer con los sargazos.

La interacción a través de la adivinanza, rara avis en el contexto poético cubano, es un hecho en Tin Marín cascabelero, en ella Alicia no duda en echar el pan sobre las aguas, a modo de pista y compromiso con un lector que hojeará el cuaderno hasta el final.

Alicia deja tanto epígrafes como considera necesario en este libro cofre o de las mil puertas donde resulta imprescindible pronunciar su singular Ábrete sésamo, avisado desde el principio y elemento que redunda en la organicidad del volumen.

lunes, 23 de mayo de 2011

Alicia en el país de las aguas

Por: Jorge Luís Peña Reyes.

Para ser una isla, pocas veces el mar es referente en la literatura cubana. No obstante, existen piezas en la que el contexto marino se convierte en principal escenario de creación.

Puerto Padre no escapa del fenómeno, aunque en años recientes la literatura infantil se ha encargado de recrear ambientes salobres en los que peces, pulpos, caballos de mar dialogan con los más pequeños de la casa.

El libro Tin Marín Cascabelero de Alicia Batista. Foto: Julián Puig.Cosicosas de mar, de Pablo del Río; Barca de luces, de Margarita Padrón; Juegos de tierra y mar, de Reina Esperanza Cruz; Los sueños entre las olas, de Miguel Navarro; y Vuelo Crecido, de Jorge Luis Peña, excepto el último, todos publicados por la editorial Sanlope, tienen el mar como principal contexto creativo.

Un libro que hoy se inscribe en la nómina es Tin Marín Cascabelero, la segunda entrega de la autora villazulina Alicia Batista Piñón, maestra de oficio y con el don de fusionar lirismo y humor proveniente de las mejores tradiciones literarias del género: /En el tejar de la noche/ la luna es inmenso gato/Por eso es que el sol se esconde/ como un ratón asustado.

Más que divertimento, los animales del fondo son pretextos para encarnar preocupaciones de la Cuba de hoy. Se registra Alicia de ese modo en lo que llamó el crítico Omar Felipe Mauri la etapa de universalización, en la que los autores recontextualizan clásicos personajes de la literatura infantil.

/A un camarón colorado/ la barracuda imprudente/ mordió y !crack!, lo inesperado:/se le rompieron los dientes./Por atrevida, por brava,/por morder con tanto apuro/no advirtió que se trataba/del Camaroncito duro/.

El octosílabo es el más recurrido en cuanto a los metros empleados. La décima, el romance son, básicamente, las formas estróficas más utilizadas. Es interesante que en el intento de una liberación estética se asuma la décima como una opción a pesar de su compleja estructura.

La fórmula más utilizada no es el paisajismo contemplativo ni el minimalismo a ultranza. Los animales son un pretexto para encarar preocupaciones éticas y sociales.

Conocedora del arte de la rima, ingrediente de quien quiera acercarse mediante la poesía a los niños, Batista Pinón muestra un abanico de posibilidades en el artificio que supone la construcción del verso. La décima es aliada, sin embargo, se hace acompañar del romancillo, la cuarteta, la octavilla, y otras estructuras poéticas, a fin de brindarle al volumen ritmo y amenidad.

El trabajo con el humor es el principal vehículo de Alicia a lo largo del libro, además del lazo comunicativo autor- lector, la autora aprovecha el matrimonio indisoluble entre gracejo popular y octosílabo: Qué tamaña pataleta/hubo entre rollos y lazos/cuando el pulpo se enredó sin querer con los sargazos.

La interacción a través de la adivinanza, rara avis en el contexto poético cubano, es un hecho en Tin Marín cascabelero, en ella Alicia no duda en echar el pan sobre las aguas, a modo de pista y compromiso con un lector que hojeará el cuaderno hasta el final.
Alicia deja tanto epígrafes como considera necesario en este libro cofre o de las mil puertas donde resulta imprescindible pronunciar su singular Ábrete sésamo, avisado desde el principio y elemento que redunda en la organicidad del volumen.

domingo, 15 de mayo de 2011

Desbordamientos

(exclusivo para el Festival Verso en Nubes)

Voy a empinar la palabra
para que lluevan los versos,
para inundar las batallas
y sofocar tanto fuego.
Recogerán en canastas
los niños todos los versos,
esos que nadie soñaban,
o esos que siempre ultimaban
con los fusiles del precio.
Aunque no puedan las barcas
surcar los mares abiertos,
un diluvio de palabras
inundará cada pueblo.
Ese día, habrá mil marchas
para exigir un desierto.

Y faltará esa palabra
en los labios del violento.
Cuando intenten la amenaza
fluirán abrazos y besos
a la rabio-activa guardia
que marchará con los buenos.
Colgarán de las murallas
poemas de puente y sueños.
Y los muros que separan
no aguantarán tanto peso.
Me voy, una turbonada
anuncia el parte del tiempo.
¿Será que en León, la magia
se hizo tornado de versos?

Jorge Luis Peña Reyes


14 de mayo. Puerto Padre. 12: 30 pm

sábado, 14 de mayo de 2011

Desbordamiento

(exclusivo para el Festival Verso en Nubes)
Voy a empinar la palabra
para que lluevan los versos,
para inundar las batallas
y sofocar tanto fuego.
Recogerán en canastas
los niños todos los versos,
esos que nadie soñaban,
o esos que siempre ultimaban
con los fusiles del precio.
Aunque no puedan las barcas
surcar los mares abiertos,
un diluvio de palabras
inundará cada pueblo.
Ese día, habrá mil marchas
para exigir un desierto.
Y faltará esa palabra
en los labios del violento.

Cuando intenten la amenaza
fluirán abrazos y besos
a la rabio-activa guardia
que marchará con los buenos.
Colgarán de las murallas
poemas de puente y sueños.
Y los muros que separan
no aguantarán tanto peso.
Me voy, una turbonada
anuncia el parte del tiempo.

¿Será que en León, la magia
se hizo tornado de versos?


Jorge Luis Peña Reyes

Desbordamiento

(exclusivo para el Festival Verso en Nubes)


Voy a empinar la palabra
para que lluevan los versos,
para inundar las batallas
y sofocar tanto fuego.
Recogerán en canastas
los niños todos los versos,
esos que nadie soñaban,
o esos que siempre ultimaban
con los fusiles del precio.
Aunque no puedan las barcas
surcar los mares abiertos,
un diluvio de palabras
inundará cada pueblo.
Ese día, habrá mil marchas
para exigir un desierto.
Y faltará esa palabra
en los labios del violento.

Cuando intenten la amenaza
fluirán abrazos y besos
a la rabio-activa guardia
que marchará con los buenos.
Colgarán de las murallas
poemas de puente y sueños.
Y los muros que separan
no aguantarán tanto peso.
Me voy, una turbonada
anuncia el parte del tiempo.

¿Será que en León, la magia
se hizo tornado de versos?


Jorge Luis Peña Reyes


14 de mayo. Puerto Padre. 12: 50 pm

Desbordamientos

(exclusivo para el Festival Verso en Nubes)


Voy a empinar la palabra
para que lluevan los versos,
para inundar las batallas
y sofocar tanto fuego.
Recogerán en canastas
los niños todos los versos,
esos que nadie soñaban,
o esos que siempre ultimaban
con los fusiles del precio.
Aunque no puedan las barcas
surcar los mares abiertos,
un diluvio de palabras
inundará cada pueblo.
Ese día, habrá mil marchas
para exigir un desierto.
Y faltará esa palabra
en los labios del violento.

Cuando intenten la amenaza
fluirán abrazos y besos
a la rabio-activa guardia
que marchará con los buenos.
Colgarán de las murallas
poemas de puente y sueños.
Y los muros que separan
no aguantarán tanto peso.
Me voy, una turbonada
anuncia el parte del tiempo.

¿Será que en León, la magia
se hizo tornado de versos?


Jorge Luis Peña Reyes


14 de mayo. Puerto Padre. 12: 56 pm